Armengol, patrono de jóvenes en riesgo

Fray Ricardo Guzzo, Superior Provincial de La Orden de la Merced en Argentina, nos acerca sus palabras en este día en que celebramos a san Pedro Armengol, patrono de los jóvenes en riesgo.

Queridos hermanos y hermanas… en la fe… en la Merced…
Hoy hacemos memoria de la vida de nuestro hermano San Pedro Armengol.

Su vida es un claro ejemplo de lo que Dios es capaz de hacer en su infinita misericordia, cuando un hombre se rinde ante si y dejando de luchar inútilmente con sus heridas e impotencias, se abandona en las manos de Aquel que siempre lo sostuvo… haciéndose sostén luego, de otros tantos hermanos que vagan por el mundo clamando gestos de Merced… de Misericordia… gestos que les devuelvan la libertad para volver a creer… para volver a esperar…recobrando así el sentido de la vida.
Me acerco con estas palabras a todos los mercedarios que conocen su historia y tantos otros que, sin conocerla, son para los cautivos de este tiempo una oportunidad más para volver a creer… porque están allí donde duele, arrojando luz abriendo nuevos caminos de esperanza.
A todas las comunidades llegue la bendición del Dios de la Vida, para que en Él tengan vida y la tengan en abundancia y Ntra. Madre de la Merced les siga iluminando para seguir los pasos tras su Hijo Jesús, Redentor del mundo.

Conoce otros santos de la Orden. En la referencia de san Pedro Armengol encuentra su misa y novena para descargar.

Pedro Armengol es un mártir mercedario que nació en Tarragona a mediados del siglo XIII. Cuando joven, transitó los caminos de la violencia y el error, malas compañías y delincuencia. 

En una oportunidad se encontró espada en mano frente a frente con su propio padre Arnaldo, que era parte de las fuerzas enviadas por Jaime I para erradicar a los maleantes. Allí Pedro depuso las armas, pidió perdón y decidió cambiar de vida. 

Ingresó a la Orden de La Merced y participó en campañas redentoras. En el año 1266 se quedó de rehén por algunos cautivos en Bugía, y al no llegar a tiempo el dinero para su rescate, fue colgado en una horca. Al día siguiente llegó Fray Guillermo de Firenze con el dinero pactado para  su liberación, y lo encontró vivo. Por providencial protección de la Virgen María se salvó del ahorcamiento, aunque vivió con el cuello torcido, como secuela de este martirio, durante casi cuarenta años más en el convento de Santa María del Prats. Murió en el año 1304.

Por su historia de vida, San Pedro Armengol es el Patrono de los jóvenes en peligro.